lunes, 29 de agosto de 2016

Entrevista a Soledad Deza (abogada del caso Belén)


En abril de este año, el caso de Belén toma visibilidad al recibir una condena de ocho años por “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía”. Pero la historia venía desde hacía rato, tanto como dos años. Dos años en los que Belén estuvo presa tras sufrir un aborto espontáneo en un hospital público de Tucumán.

Belén fue maltratada en el hospital, tuvo una defensa negligente, fue estigmatizada por los medios de comunicación hegemónicos, pero también sostenida y acompañada por diversas organizaciones de mujeres y derechos humanos nacionales e internacionales. Ese acompañamiento que se volvió grito #LibertadParaBelén en las calles y redes sociales, puso el tema en agenda logrando que todos aquellos que no querían mirarla ni que nadie la viera tuvieran que bajar la mirada.

El miércoles 17 de agosto, la Corte Suprema de Justicia de Tucumán ordenó que Belén sea liberada, mientras continúa el análisis del expediente.

Si el encierro de Belén no puede entenderse por fuera de los límites patriarcales de nuestra sociedad, su liberación no puede descifrase sin la lucha y acompañamiento de diversas espacios. En este camino a “medio andar” donde falta mucho por recorrer, la figura de Soledad Deza es ineludible. Abogada tucumana miembro de Católicas por el Derecho a Decidir, asume su defensa, y como diría Belén “arma la revolución”[1].

Con voz serena, clara y segura, Soledad nos cuenta en esta entrevista cómo fue el proceso que lleva a Belén a estar en prisión, los detalles de la lucha en el plano judicial por su liberación y lo que viene en cuanto a la batalla final por su absolución.

Pero Belén no es solo Belén. Belén encarna a muchas. Por eso también Soledad nos da una mirada sumamente esclarecedora sobre la triada médica – jurídico – policial que buscar disciplinar no solo los cuerpos de las mujeres sino también sus luchas.

Si el objetivo disciplinador del caso de Belén es la amplificación de un temor generalizado, su liberación marca precedente y a esos mismos poderes les dice: “Belén no está sola. Nosotras tampoco”.

Para aquellos que no están al tanto del caso Belén, ¿querés contarnos un poquito sobre cómo venía la situación hasta que vos tomaste el caso?

Belén llega con 25 años a la guardia del Hospital Avellaneda, la madrugada del 21 de marzo del año 2014. Llega acompañada de su mamá. Tenía fuertes dolores de panza. La atienden dos médicas y un médico, le ponen un calmante, le ponen una vía. En el interín tiene una hemorragia, a las casi dos horas de estar internada. La suben al servicio de ginecología, donde le diagnostican -según su historia clínica- un aborto espontáneo incompleto sin complicaciones. Cuando sale, estaba rodeada de policías, estaba acusada de un aborto. Finalmente, la vinculan a un feto que había aparecido una hora antes en el hospital, según las constancias del expediente. Belén está con custodia policial desde que sale del quirófano. Le dan de alta, pero para irse directamente al penal; que es donde estuvo hasta el viernes de la semana pasada a las nueve de la noche. En el interín, se la acusó de homicidio agravado por el vínculo: un homicidio que no está probado y un vínculo que tampoco está probado. No se hizo un examen de ADN, y el feto al cual se la vincula se perdió en el transcurso de la investigación. Es decir, un proceso plagado de irregularidades, pero que tuvo presa dos años y cinco meses a una joven que al día de hoy tiene 27 años. Pero que está libre. O sea, ya hemos ganado la mitad de la batalla.

¿Cómo es que vos llegás al caso? ¿Cómo te acercas a Belén?

Yo me entero de casualidad. Su juicio oral duró sólo dos días. Me llama una de las profesionales de la salud que estaba citada a declarar en su juicio para que la asesore sobre el valor del secreto profesional. Ahí, accidentalmente, de esa forma es que yo me entero de ese caso, de que había una joven presa. Me voy un sábado al penal a conocerla, no me dejan entrar, le dejo una tarjeta. Al final me llama para que vaya el domingo. Voy el domingo y a ella la terminan condenando el lunes siguiente. Yo asumo la defensa el martes.

Claro, porque la asesoría legal que ella había recibido no había ni siquiera seguido los pasos que tal vez la hubieran podido poner en libertad, al menos hasta esperar nuevas instancias judiciales…

Fue muy negligente su defensa oficial. Ella tuvo una defensa oficial, que es la que les proporciona el Estado a quienes no tienen recursos. La defensora que la acompañó a ella en el proceso de recolección de pruebas, la acompañó en la apelación de su prisión preventiva y finalmente en el juicio, fue muy negligente: no sólo no planteó la violación del secreto profesional ni cuestionó la debilidad del marco probatorio, sino que además la defensa que eligió –valga la redundancia- la defensora oficial contrarió las mismas declaraciones de Belén. Belén dijo en todo momento no saber que estaba embarazada, no haber matado a nadie, no haberse provocado un aborto. Y sin embargo la única estrategia procesal de la defensora fue el estado puerperal. O sea, casi que reconoce una autoría y una existencia material de un hecho, aun cuando no estaba probado. Porque de verdad nosotros no hemos aportado ninguna prueba, creo que solamente nos hemos detenido a leer ese expediente. Que creo que es lo que no hizo ni la fiscalía que acusó, ni la defensa que la defendió antes, e incluso tampoco lo hizo la cámara que fue la que la condenó.

Recién decías que “estamos a mitad de camino” ¿Cuáles son los pasos a seguir?

Y bueno, estamos a mitad de camino porque nosotros habíamos planteado dos recursos de casación. Uno porque, como vos bien señalabas, no tiene una condena firma. Entonces, en nuestro país, es importante que la gente sepa, la prisión preventiva es una excepción. El encarcelamiento preventivo sólo procede, según los estándares de Derechos Humanos, cuando hay un riesgo procesal de fuga o de entorpecer la investigación. En el caso de Belén, la investigación había terminado en agosto de 2014. Y el riesgo de fuga lo tiene que probar la fiscalía. Belén pertenece a un sector popular, estuvo cinco días en el hospital, podría haberse escapado pero estuvo a disposición de la justicia. O sea, nada hacía suponer que iba a sustraerse de la justicia. En ese primer recurso ya obtuvimos una respuesta favorable de la corte, y por eso Belén está libre. Ahora queda pendiente el segundo recurso de casación, en el que nosotros pedimos que se revea la condena de Belén en base a pre-argumentos. Por un lado, que ha tenido una defensa técnica negligente. Por otro lado, que se ha violado el secreto profesional y que las pocas pruebas que hay en el expediente provienen de testimonios de los profesionales que la atendieron, pero que son incluso contradictorios con la historia clínica que ellos mismos han hecho. Y finalmente, bueno, las contradicciones que hay en el cuadro probatorio, en las constancias de autos y demás. En ese recurso de casación ya tenemos un dictamen del ministro fiscal (que es como el procurador general, para que se entienda en todas partes) previo a la sentencia, que es favorable para nosotros. Se pronuncia por la nulidad de la causa, desde foja uno, y por la arbitrariedad en la condena. Eso quiere decir que el ministro fiscal sostiene, al igual que lo hemos sostenido nosotros como defensa, que la condena de Belén no tuvo fundamentos. Entonces la verdad es que estamos esperanzadas. Creemos que es una cuestión de tiempo que finalmente se haga justicia en su caso.

Después de que se da este dictamen que permite la liberación de Belén, ¿Por qué se demoró más de lo que debería haberse demorado la liberación efectiva?

Fue muy desafortunado. Porque a Belén la corte le da la inmediata libertad el miércoles 16 de agosto a las 13 hs. Lo que ocurre es que quien instrumenta esa orden de inmediata libertad, quien tramita las cuestiones procesales es la misma cámara que la condenó. Y es la misma cámara que este sábado pasado reveló en el medio periodístico de mayor difusión de Tucumán, en el diario de mayor circulación, el verdadero nombre de Belén[2]. Y a quien nosotros le habíamos hecho una denuncia dos días antes para que les hagan un sumario administrativo por eso, por violar su intimidad. Entonces creemos que hubo una inquina en ese sentido, porque esa “inmediata libertad” llevó 45 horas. Lo cual es inaudito, por decirlo de alguna manera, además de injusto. Pensemos que una orden de la Corte nos requirió meter un Habeas Corpus, luego de la segunda noche que Belén teniendo orden de libertad seguía durmiendo en la cárcel. Ha sido una libertad demasiado tramitada, demasiado peleada para ser una orden de la Corte.

Hemos escuchado, además del caso de Belén que fue emblemático y que hemos seguido desde el principio prácticamente, que suceden habitualmente estas cuestiones de que llegan mujeres a las clínicas, a veces con amenaza de aborto o con un proceso de aborto en camino y que terminan implicadas en cuestiones judiciales. ¿Es un síntoma de que nos falta discusión al respecto, de que nos falta profundizar allí el Código y las leyes para poder contener este tipo de situaciones?

Yo creo que ahí hay dos cosas. Por un lado, hay un déficit severo de formación de los profesionales de la salud y de los profesionales del derecho. Porque acá hay dos partes que colaboran en la criminalización: el sector de la salud, y el sector judicial con la mediación de la policía. Entonces, por un lado, una escasez de recursos técnicos para manejar la relación médico-paciente; y para identificar que la consulta de aborto, sea provocado o espontáneo, se enmarca en la Ley 26.529, que está protegida por la confidencialidad y demás, al igual que cualquier otra consulta. Pero por otra parte creo también, haciendo una lectura un poquito más macro y más política, me parece que la denuncia post-aborto es el último enclave de poder que le queda a un profesional objetor para censurar de alguna forma a la paciente que toma una decisión con la cual ese profesional no acuerda moralmente; o que sufre un evento obstétrico que el profesional sospecha que ha sido provocado. Que se entienda, no importa si es provocado o espontáneo. Me parece que frente al aborto, así como los objetores frente a un aborto no punible niegan la práctica, en una situación post-aborto (que es cuando el aborto ya se ha desencadenado por lo que fuera) me parece que la denuncia es la última herramienta de poder que le queda al profesional de la salud. Y que cuando encuentra la colaboración de un Poder Judicial patriarcal…con ayuda de la policía se forma una tríada bastante explosiva. Que es capaz, como vemos en el caso de Belén, de quitarle incluso la libertad a una mujer durante casi 900 días. Entonces es peligroso. Coincido con vos en que nos falta un poquito de debate en este tema… ¿Hasta dónde el Poder Judicial y el sector de la salud disciplinan? ¿Y hasta dónde genera bienestar el sector de la salud? Que es lo que está obligado a generar, un estado de completo bienestar, porque eso es la salud. ¿Y hasta dónde investiga el Poder Judicial, y hasta dónde busca la verdad material? ¿Y hasta dónde un evento obstétrico se convierte en un caso policial, en un caso judicial? Finalmente, si no es que interviene el movimiento de mujeres, nunca se convierte en un hecho social y político, que es lo que es hoy el caso Belén. Eso creo que tenemos que pensar. 

Claro, en definitiva tal vez lo que decías del profesional de la salud posicionado en lugares morales. Cuando en realidad también debería velar por el bienestar y la salud post-aborto.

 Por un lado eso, por un lado no perder de vista que los profesionales de la salud tienen obligación de brindar información y asistencia sanitaria, de brindar un trato digno y respetuoso, una atención libre de violencias; y sobre todo de guardar secreto de lo que conocen, y de respetar la intimidad de la paciente. Por otro lado, pensar que los profesionales de la salud ocupan un lugar de poder en una relación que es asimétrica, como es la relación médico-paciente. Entonces, aprovecharse de un lugar de poder, o del conocimiento o de los datos que recaban a partir de la atención sanitaria para criminalizar a una mujer.

No solamente se viola el derecho a la salud. No olvidemos que también las pacientes tienen una libertad de conciencia, y tienen una ética que los profesionales de la salud deben respetar. Eso lo vemos también cuando se solicitan abortos permitidos por la ley: en el acto está presente la conciencia del profesional, la libertad de conciencia. Nunca llegamos a hablar de la libertad de conciencia de la paciente. Acá hay muchos derechos que se afectan cuando hay una situación de aborto o post-aborto dando vueltas. Y me parece que tenemos que ser capaces como sociedad de ver que aquella excusa que se daba de “bueno, no se utiliza el delito de aborto, no hay ninguna presa por aborto” no es verdad, es una afirmación falsa; Belén encarna la falsedad de esa afirmación. Entonces hay que tomar un poquito más en serio el poder biomédico, el poder de disciplinar en una relación que como dije es asimétrica. Y en la cual se juega una gran desigualdad social: porque es altamente improbable, cuando no imposible, que si yo llego con un aborto a una clínica privada, me vaya a pasar ni la décima parte de los maltratos que recibió Belén, eso también es una realidad.

Hace unas semanas, salió una nota en Página 12 muy interesante, donde Mariana Carbajal entrevistaba a Belén desde el penal. Uno podía leer muy entera a Belén; en un sentido de lo que le permitió fortalecerse tu acercamiento a la causa, el saber de todo lo que se estaba gestando fuera de la cárcel, el apoyo nacional, y el apoyo internacional con una carta que le manda Amnistía Internacional. ¿Cómo la ves hoy vos a Belén y cómo vive todo este apoyo que sabe que tiene?

Y, yo a ella la veo fuerte. Fuerte. El apoyo de la gente le llega, eso es muy importante. Pensemos que, si uno a una persona la trata como persona, esa persona se siente persona; si uno la trata como basura, esa persona se siente basura. Yo creo que lo más importante que le pasó a Belén es poder tener las herramientas que son producto no solamente de mi acompañamiento, sino el de todas las personas que a lo largo y a lo ancho del país le han hecho llegar su apoyo. Nosotros le hemos impreso todas las notas, todos los mensajes y demás que han llegado estos meses. Y eso la ha desautoincriminado a ella moralmente. Creo que eso es lo más fuerte que puede tener una persona. Una persona que siente que no tiene derechos jamás los va a exigir. Ahora, cuando una persona entiende lo que le pasa y se da cuenta de que alguien le ha fallado…me parece que va a ser capaz de buscar las herramientas de donde sea para lograr que se haga justicia en su caso. Y en eso no estoy yo sola, hay una mesa provincial, hay compañeras del movimiento de mujeres que nos acompañan. Y que, sobre todo, me ayudan a mí en cuestiones como las que se dieron en la puerta del penal, donde teníamos periodistas que querían su imagen. Acá hay un gran movimiento de mujeres. Yo creo que también el movimiento de mujeres…todas, vos, yo… creo que la libertad de ella es un poco la libertad de todas, creo que nos ha empoderado a todas para pensar que el Poder Judicial no puede hacer lo que quiera con nosotros, aunque muchas veces así nos lo parezca.


Entrevista realizada el 22/08/2016 para el programa radial "Lo Menos Pensado"
(Lunes de 21 a 24 hs. por 
www.radiobarbarie.com.ar)

Entrevistan Facundo Di Cuollo y Paula Daporta.





[1] http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-305703-2016-08-01.html
[2] Belén es un nombre ficticio, a fin de preservar la identidad de la acusada. 

miércoles, 17 de agosto de 2016

"Ponete un disco" - Entrevista a Pablo Garber


Todo empezó con una foto que vimos de alguien que se ponía la tapa de un vinilo delante de la cara y completaba, con la cara que había en el vinilo y con su propio cuerpo, un personaje.
Empezamos a hablar con un amigo de los discos, de las tapas de los discos, de qué discos escuchábamos y de cómo nos quedábamos mirando las tapas. Y dijimos - bueno, vamos a hacer algunas fotos…”.


Así, como quien abre una caja de pandora, el fotógrafo Pablo Garber comienza a contarnos acerca de su libro “Ponete un Disco”, que incluye fotografías y entrevistas a distinguidas personalidades de la cultura. Nació a la luz de la amistad y el recuerdo de los maravillosos años de su juventud.

A pesar de no poder ver a Pablo, que está al otro lado del teléfono, adivinamos que en el rostro se le acaba de dibujar una sonrisa.

Antes de tomar la primera foto, ¿ya estaba la idea de hacer un proyecto con fotos de los discos?

Si, a partir de haber visto esta foto que te cuento, a mí se me ocurrió que había que ponerse la tapa de un vinilo que uno hubiera escuchado. Fuera una cara, fuera un elefante o fuera lo que fuera. Eso tenía que ocupar el lugar de la cara. Porque eso era lo que ocupaba el lugar de la cara cuando nosotros escuchábamos vinilos. Poníamos el vinil, agarrábamos la tapa, y nos poníamos la tapa adelante de la cara para leer las letras, ver quiénes eran los intérpretes o mirar los dibujos que traían esas tapas. A mí me parecía que el trabajo era ese, y no cambiar la cara de uno por la cara de la tapa del disco.
Y bueno, así fue que empecé a recorrer un poco mi pasado, pero a través de otros. A través de las personas que fui encontrando que les decía “¿cuál era el disco que más escuchabas y más mirabas la tapa?”.

¿Qué es distinto de un CD o un mp3 frente a un vinilo? ¿Qué es para vos el vinilo además de verlo con tu ojo fotográfico? ¿Qué es lo que contiene un vinilo además del disco en sí mismo?

Si pudiera decirse así, con dos o tres palabras, no sería tan interesante. Justamente tiene algo de mágico. El tema de poder tocarlo, el ritual que era colocarlo. Había que cuidarlo mucho para que no se raye, había que cuidar también el equipo en donde lo ponías. Era un ritual en el sentido de que tomabas el disco, lo tomabas con cuidado, lo colocabas en la bandeja, ponías con cuidado también la púa sobre el tema que querías escuchar. Si querías volver a escucharlo tenías que volver a tomar la púa con mucho cuidado para que no se raye. Y no sólo eso, ponías a funcionar el tocadiscos –o ponés, porque todavía se hace- y te sentabas a escuchar. No escuchabas música todo el día, como ahora. No te ibas a la pileta con los auriculares puestos. Para escuchar música había un momento del día en especial, o en la semana. Entonces cuando ponías música te sentabas a escuchar, y en todo caso a mirar la tapa. Cerrabas los ojos, o te reunías con amigos y se quedaban todos escuchando la música como si fuera un recital, más o menos. Era un momento muy especial, el de poner un disco. Por eso también el título, “Ponete un Disco”.

Te escuchábamos hablar de lo místico y de ritual que tiene el vinilo.  Pensaba en otra obra tuya: “Cosas que no quieren morir”…

Ese es un trabajo, casi como la previa de “Ponete un Disco”. Consistió en fotografiar cosas que la gente guarda sin saber bien por qué.  De hecho, los vinilos son algo que casi todos -incluso aunque no tengan tocadiscos, aunque no escuchen discos- guardan. Incluso antes de hacer este trabajo, tenía guardados mis vinilos sin saber qué hacer con ellos. Nunca me deshice de ellos. La mayoría de la gente hace lo mismo, en algún lado los tiene guardados. El trabajo anterior fue fotografiar esos objetos que la gente tiene guardados aunque no sirvan para nada, aunque no valgan nada… Ese es un trabajo que no se convirtió en libro, aunque hay un ejemplar único que en algún momento también voy a publicar.

¿Cuál es tu disco, el disco que te ponés vos, el disco que te representa?

Me ha costado mucho decidirlo, pasé por varios. Uno iba a ser “Wish you were here”. En otro momento iba a ser uno de Pedro y Pablo. Finalmente me decidí por el disco “Candiles” de Aquelarre; porque representaba tal vez mi primer encuentro con los vinilos. Yo trabajé en la empresa Trova ensobrando discos, entonces me encontraba todos los días con discos nuevos, con tapas nuevas, sin saber bien cuál era su contenido. No tenía ninguna posibilidad de saber cómo sonaban esos discos, salvo que me los llevara a mi casa después del trabajo.

En alguna nota describiste ese trabajo como “totalmente aburrido”, me imagino que por esa incertidumbre de tener los discos pero no poder escucharlos, ¿tiene que ver con eso?

Claro. De hecho ni siquiera podía ver el vinilo porque los sacaba de una caja y estaban ya ensobrados en un papel manteca, un papel vegetal. Y dentro de ese papel vegetal, había que volver a ponerlo adentro del sobre de cartón con la tapa. No era totalmente aburrido porque todas las tapas eran interesantes, traían fotos, traían dibujos. Era divertido eso. Pero es cierto que no podías saber cómo sonaba ese disco. Y era un poco mecánico, reiterativo, repetitivo. Agarrar un disco, otro disco, otro disco… siempre el mismo, obviamente, y ponerlo dentro de sus tapas. Montañas y montañas. Recuerdo que eran cajas de cincuenta discos, de repente me decían “tomá, tenés doscientos para ensobrar”.

“Ponete un Disco” es un libro de fotografía, pero que también incluye entrevistas; y quienes participan de esas fotos son personajes reconocidos del quehacer cultural, músicos, periodistas, coleccionistas, dueños de disquerías, etc...

Si, al principio, los que participaban eran mis amigos. Después, cuando ya se dio la posibilidad de mostrarlo, hubo una gran muestra “200 años de la música en Argentina”, en la Casa del Bicentenario. Ahí fue donde por primera vez lo mostré, tenía como una docena de fotos y pude mostrar algunas. Ahí entonces me di cuenta de que la gente se entusiasmaba, se enganchaba. Y  fue cuando comencé a contactar a otras personas más allá de mis conocidos. Cuando ya vi la posibilidad de que podía efectivamente hacer un libro, empecé a agrandar más el proyecto, me dije “acá tienen que estar no sólo los músicos, también tienen que estar los que eran dj's en aquella época, los que vendían discos, los que producían discos, los diseñadores de las tapas, los periodistas de la radio que pasaban discos”.

La verdad, en esa época uno tenía una decena de discos, y después el resto de música que escuchaba era la que pasaba un programa por la radio a la una de la madrugada. Si no, tenías tango todo el día u otra cosa. Pero si querías escuchar algo, digamos, más rockero, tenías que esperar al programa de la noche, y había uno o dos programas.
Entonces empecé a buscar y a encontrar a toda la gente que conformaba ese universo, a tener en la cabeza la idea de que quería entrevistarlos. Cuando digo “tener en la cabeza” quiero decir que de repente pensaba en algún personaje y por alguna razón se me aparecía. Un día me lo encontré a Lalo Mir por la calle y le dije “¡Ey! ¡Vos tenés que estar en mi libro!” y le gustó la idea, me invitó a la radio, en medio de su programa lo entrevisté, y después arreglamos para ir a hacer las fotos.

A varios los fui a buscar; a muchos no los encontré. Por ejemplo, todavía estoy queriendo entrevistar a León Gieco, y me está costando muchísimo. Pero pude entrevistar a Lito Nebbia, a Nito Mestre, a Lito Vitale que estaba ocupadísimo pero por suerte me dio diez minutos por lo menos para hacerle una entrevista y sacarle una foto. Pero hubo gente a la que todavía no pude encontrar. Digo “todavía” porque el proyecto, a pesar de que el libro ya salió, lo sigo haciendo; porque hay infinitos discos, y no fotografié todos.

Respecto de las elecciones… ¿Cuando veías a la persona, le veías el perfil de disco que iba a elegir? ¿Te sorprendió alguna elección puntual?

Por lo general me sorprendieron los que eligieron discos infantiles, o los de música en libertad y ese tipo de cosas. No los deseché porque son parte de la época. Me pareció interesante también que junto con Deep Purple apareciera Piluso; o Gaby, Fofó y Miliki. Hay una mezcla donde aparece algún tango, algo de jazz. Pero en realidad todo eso fueron elecciones de otro, yo no imponía. Ahora sí, el trabajo estoy continuándolo con discos que no aparecieron todavía, que no fotografié y que quiero que estén en esta serie. Pero mientras hice el libro fueron todos elegidos por las personas con las que me encontré.

En el año 2012 hubo una muestra en el Centro Cultural Recoleta ¿Ya en esta muestra las fotos son las mismas que están en el libro, es la misma cantidad?

No, la muestra del Centro Cultural Recoleta fue menor. No recuerdo la cantidad exacta, fueron unas treinta fotos, y en el libro hay cien.

¿Hubo alguna una muestra en donde estuvieran exhibidas  todas las fotos de “Ponete un Disco”?

No, nunca mostré todas las fotos juntas, no tuve la oportunidad. Ahora hay una muestra que se llama “Pasión” dando vueltas por Europa, donde hay artistas de todo el mundo que trabajaron con algo que tenga que ver con la pasión y la cuestión de “ser un fan”. Ahí me invitaron y participé con unas diez fotos mías, entre 150 trabajos entre los que hay esculturas, hay de todo.Pero no estoy con ganas de hacer una exposición, porque en realidad el libro me parece que completa el trabajo que originalmente me propuse. Esta posibilidad de ir recorriendo página por página, irse encontrando con los comentarios y los recuerdos de estas personas que nombramos recién. Está Rodolfo García, el baterista de Almendra, Rodolfo González, que fue el fundador del Centro Cultural del Disco, Miguel Grinberg, un historiador del rock impresionante, un prócer del rock.  

¿Dónde se puede conseguir el libro “Ponete un Disco”?

El libro ahora puede haber quedado en alguna librería, pero en realidad está agotado. Lo más probable es que lo consigan en las disquerías “Notorius” y “Miles Discos” (Palermo). Y si no en Facebook entran a la página de “Ponete un Disco”, donde pueden contactarse por mensaje y se puede mandar el libro a domicilio.


Entrevista realizada para el programa radial "Lo Menos Pensado"
(Lunes de 21 a 24 hs. por www.radiobarbarie.com.ar)



miércoles, 10 de agosto de 2016

Entrevista a Arsinoé Orihuela (miembro de la "Asamblea de Mexicanxs en Argentina")


Culminado el mes de julio, el presidente Mauricio Macri recibió a su par mexicano Enrique Peña Nieto. En un contexto de reordenamiento estratégico de la Argentina en el mundo y sobre todo en Latinoamérica, la visita puede leerse como parte del proceso que articula la política internacional con la doméstica.

En las calles se hizo oir el repudio al primer mandatario mexicano frente a las denuncias sobre violación de Derechos Humanos, que se han visibilizado notablemente tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014.

En este marco, charlamos con Arsinoé Orihuela de la Asamblea de Mexicanxs en Argentina, quien nos ofrece preocupantes líneas de análisis comparado de la situación de su país y algunos indicadores que han comenzado a intensificarse por nuestras tierras.

La mayoría de los organismos de DDHH a nivel internacional lo están señalando a Enrique Peña Nieto como el responsable de delitos de Terrorismo de Estado en México. ¿Qué es lo que justifica esta definición?

Sí, bueno, aquí la conceptualización es importante. Tenemos que decir, por un lado, delitos de lesa humanidad y, por otro, Terrorismo de Estado. Yo escucho que a menudo se usan los dos conceptos indistintamente. Y lo que tenemos es básicamente una acción represiva del Estado, que se traduce en delito de lesa humanidad. Porque es el Estado, o agentes al servicio del Estado, o grupos paraestatales, o parapoliciales al servicio del Estado los que reprimen a las movilizaciones sociales en particular, y a la sociedad civil en general. Pero, como bien señalas, la situación en México ahora es de crisis y básicamente toda la crítica que hemos visto alrededor del gobierno de Enrique Peña Nieto y del Estado Mexicano se desenvuelve en espacios internacionales. Porque la situación en México es delicada, es altamente delicada. Hay una persecución, un hostigamiento, un amedrentamiento contra miembros de la sociedad organizada y contra la generalidad de la población. Pero todos saben bien que muchos de los delitos que se cometen en México y -en cierto sentido- la tragedia humanitaria que atraviesa el país, es atribuible al Estado, o bien a instituciones del Estado.

¿Lo que decías recién da a entender que se está hablando por fuera, a nivel internacional, pero que en México los medios de comunicación no se están haciendo eco de lo que está sucediendo?

Claro, habría que hacer una distinción ahí entre lo que es la prensa tradicional (monopólica o duopólica) y lo que es medios libres y autónomos, o medios alternativos. Felizmente ha proliferado el número de medios autónomos y alternativos. Pero a la par, ha crecido la represión y la persecución contra esos medios libres. Y por otro lado, insisto, tienes a la prensa tradicional con los medios monopólicos que lo que han hecho es satanizar todo gesto de protesta social o popular. Y la cuestión es que en esa satanización se incuba el germen de la represión, porque allana el terreno para justificar cualquier acto de represión de Estado. Lo vimos claramente hace unas semanas, en Nochistlan Guajaca. Si hay un gremio en México que ha sido sistemáticamente satanizado, es el magisterio, los maestros. Reprimieron una movilización, como bien se ha documentado en la prensa internacional en Nochistlan Guajaca. Hay diversas estimaciones, pero según gente de la comunidad, cerca de trece personas perdieron la vida ese día. Uno de ellos era maestro, profesor, y el resto, civiles simpatizantes con la protesta magisterial.

Lamentablemente, el mundo comienza a hacerse eco de todo lo que está pasando en México a partir de septiembre de 2014, con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. A partir de ello nos interiorizamos sobre la lucha contra una reforma educativa. ¿De qué consta esta reforma educativa?

En realidad la lucha, y ahí está justamente el valor de la lucha magisterial, es contra las reformas estructurales. Hubo un primer ciclo de reformas neoliberales o neoliberalizadoras entre el ‘88 y el ‘94. Después hubo una especie de intervalo de dos años, en que avanzó paulatinamente, progresivamente, la neoliberalización. Y luego recobra fuerza otra vez en 2012, con la llegada al poder de Enrique Peña Nieto. Y eso es lo que algunos analistas señalan como un “segundo ciclo de reformas neoliberales”. Bueno, en ese contexto del segundo ciclo de reformas neoliberales, hay dos que son claves: la reforma energética, que pasó Fastrack Express con poca oposición (fueron muy eficaces en todo el proceso de aprobación de la reforma), y una segunda reforma que es la educacional. La cuestión con la reforma educacional es que allí han tenido serios problemas para conseguir hacerla avanzar porque encontraron una fuerte oposición. Encontraron una fuerte oposición principalmente en la coordinadora nacional de trabajadores de la educación, que es históricamente uno de los sindicatos o de las facciones disidentes dentro del sindicalismo magisterial. Entonces, aquí se abre un ciclo de protesta importante con los maestros, que consigue reunir, aglutinar, la indignación popular, la indignación de la generalidad de la población; y crece, arrecia la protesta. El Estado decide reprimir como primer recurso para “dirimir” el conflicto, recurre a la represión sin agotar otras instancias institucionales. Y esto se debe a que el tema acá no es sólo conseguir implementar la reforma educacional, sino eliminar a ese actor político dentro de la sociedad organizada que resiste a este segundo ciclo de reformas neoliberales. Acaso por allí junto con los zapatistas, y algún otro movimiento o colectivo u organización de menor rango. Pero es importante el sindicato, es importante la movilización magisterial porque evidencia la indignación y el descontento generalizado que hay en México.

Sabemos que cuando hablamos de reformas neoliberales, siempre viene acompañado de estas cuestiones represivas. Un poco para asustar, un poco para lo que se denomina “eliminar base”. En función de Ayotzinapa, ¿cómo está la opinión pública respecto de esta situación? ¿Se están llevando a cabo algunas investigaciones? 

Bueno, el de Ayotzinapa sigue siendo un crimen impune. Desde un primer momento sabíamos que lo que iba a hacer el gobierno era -como bien decimos en algunos lugares- “patear la lata”, es decir, tratar de desplazar el problema y evitar que tenga un costo político. Y sigue en ese tenor. El Gobierno Federal perdió la elección intermedia y temen perder la elección presidencial en dos años. Sin duda que el tema de Ayotzinapa es un problema que sigue siendo profundamente incómodo para el poder.
Si le preguntas a la población civil sobre algún hecho agraviante o vejatorio que ellos puedan identificar en la política actual o contemporánea en México, unánimemente te van a responder que Ayotzinapa; hay una indignación profunda que persiste por la situación de Ayotzinapa, por la impunidad persistente y un gobierno que advierte que eso en su tiempo ha de ser un eje estructurante de la movilización social, y por consiguiente sigue ceñido a la agenda originaria, que es la de negar la participación de agentes del Estado en la comisión de ese delito. Cuando sabemos bien que la evidencia empírica sugiere que en la operación participaron policías municipales, policías estatales, efectivos militares en conjunto con grupos del crimen organizado. Entonces es demasiado escandalosa e inconfesable esa verdad política. Por consiguiente, ellos van a seguir adheridos a eso que ellos llaman la “verdad histórica”, que es una mentira histórica flagrante. Y el costo político que eso pueda traer consigo es el progresivo aumento de la indignación social. Pero es una herida que sigue abierta. Y la apuesta es la misma apuesta que la del ‘68, la de la masacre de Tlatelolco: dejar que se olvide o dejar que por lo menos transcurran unos años, para ir por ahí publicando más información sobre el asunto. Pero siempre desde la lógica del poder, naturalmente, evitando el costo político en el corto y mediano plazo.

Hoy leía un dato que la verdad me asombró, que es que en México desaparecen trece personas por día. Y que, de esas trece personas, el 40% están en el rango de edad de los 15 a los 29 años. Me preguntaba qué estrategias de resistencia o de visibilización están llevando a cabo, o si se está dando algún movimiento también de exilio…

El primer movimiento que visibiliza la situación de desapariciones forzadas en México, es el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que encabeza Javier Sicilia. Fue en el 2010 o 2011, después del asesinato de su hijo, en el Estado de Morelos. Él arranca un movimiento que de hecho cobró notoriedad nacional e internacional, que consiguió reunir a muchas de las familias que tenían parientes o hijos desaparecidos. Hasta ese año (2010/2011) se visibiliza internamente y al exterior la situación de crisis en materia de violación a los DDHH en general, y específicamente en materia de desaparición forzada. Después de eso, hubo una caravana que llamaron “Caravana por la Paz”, con la que recorrieron la totalidad de la geografía nacional. En su recorrido consiguieron ayudar a articular otros colectivos adheridos al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, pero autónomos, y cuya operatividad se da más en un contexto local. Hay organizaciones en todos los Estados que responden a esa primera iniciativa del Movimiento por la Paz, y que siguen vigentes, siguen operativamente actuando en esos Estados. Lo que han hecho es básicamente reemplazar a las autoridades públicas. En esos colectivos se concentran las familias de los desaparecidos y algunos otros activistas o defensores de los DDHH; que se dedican a buscar a los familiares perdidos en las fosas comunes, a acompañar a las familias a los ministerios públicos para denunciar casos de desaparición forzada y a exigir directamente a la autoridad pública que cumpla con su tarea. Ya casi como una mera formalidad, porque sabemos perfectamente bien que en México el narco es el patrón del Estado,y por consiguiente los funcionarios públicos, los políticos y la clase política en su conjunto no puede atender ese problema, porque estructuralmente está acoplada al crimen organizado y a la delincuencia.

Te hago una pregunta como para trazar alguna línea entre lo que viene pasando hace un tiempo en México y lo que está pasando ahora en Argentina. Aquí, desde que asumió el presidente neoliberal Mauricio Macri, también existe –aunque en otro nivel- cierta persecución sobre todo hacia gente del ámbito periodístico. Hubo polémica por una medida que se anunció hace poco, que es la creación de un “observatorio de redes” para observar las redes del cuerpo docente de la Provincia de Buenos Aires. Quería preguntarte cuál es el rol que tienen, o que han tenido en su momento, las redes sociales en toda esta persecución y hostigamiento que sufren los periodistas y la gente de la comunidad educativa en México.

Como señalaba al principio, en México la información está controlada, “acordonada” por el duopolio mediático, por la prensa tradicional. En cierto sentido, las redes sociales y los medios digitales han contribuido a romper ese cerco. Lo han conseguido parcialmente, porque a final de cuentas la presencia de los grandes medios de comunicación y algunos grandes conglomerados mediáticos que operan en México, consiguen “secuestrar” la información y generar un entorno de desconocimiento. Y en ese sentido, sí, claro, las redes sociales han tenido un papel fundamental, incluso en la alianza o en la comunicación con otros grupos internacionales que apoyan o que simpatizan con las luchas en México. Eso ha sido clave para poder transferir o hacer circular cierta información que está, insisto, “acordonada” o “secuestrada” por la prensa tradicional.

Claro, pero me refería más bien acuando las redes se convierten en una suerte de “arma de doble filo”. Porque, por un lado, te permiten como vos bien decías romper el cerco mediático. Pero, por otro, también te exponen. Aquí, como te decía, las redes sociales están siendo utilizadas para el espionaje, para la Inteligencia de Estado…

Bueno, si hay un caso sintomático de esa dualidad de las redes sociales, es el de la primavera árabe. La primavera árabe tenía eso. Por allí circuló la información que movilizó a esas poblaciones, pero por otro lado también ese fue el instrumento que usaron esos gobiernos para perseguir a la disidencia política. La situación no es muy diferente en México o Argentina. Pero eso es algo que está más allá de la posibilidad de tener una incidencia en los movimientos sociales y en los colectivos. Finalmente siguen siendo canales que están abiertos, aun cuando estén sujetos a escrutinio y vigilancia. Pero sí, es cierto. Eso es una dicotomía que, no sé, por lo menos en el corto plazo, yo no veo que se pueda dirimir.

Es innegable que hay una simpatía política, del posicionamiento donde están Macri y Peña Nieto, una clara derecha neoliberal. Los dichos de Macri esta semana, cuando le preguntaban por la situación de DDHH en México, fue que “no le constaba lo que le estaban diciendo”.

Sí, usó una expresión, “cantinflesca”, me parece que “no me consta”.

Sí, y tiró de vuelta balas para el lado de Venezuela, haciendo oídos sordos de todo lo que le decían.

Sí, de hecho nosotros denunciamos eso. Nosotros dijimos “que el presidente Mauricio Macri exija el respeto a los DDHH en México, como sí hace reiteradamente en Venezuela”. En el caso de Venezuela, oportunistamente.

Más allá de la cercanía política y de los gestos que hubo durante toda la visita de Peña Nieto, hay una clave que tiene que ver con la economía y con la apertura y la inclusión de Argentina en el Tratado del Pacífico, ¿qué lectura hacen ustedes de esto?

Bueno, ese es el punto programático fundamental de la visita, sin duda. Nosotros alcanzamos a advertir dos puntos programáticos: uno, Peña Nieto en calidad de emisor de Estados Unidos venir a impulsar esa agenda, impulsar política y diplomáticamente la agenda de la Alianza Transpacífico; y dos, la agenda de la seguridad de Estados Unidos. Esa es una fórmula con dos contenidos, uno el de seguridad y otro el económico.
El de seguridad, responde a la necesidad de neutralizar a las sociedades organizadas con el propósito de impulsar esas reformas económicas. Entonces es un “paquete” que viene, en cierto sentido, a avalar o a profundizar Enrique Peña Nieto en su visita con Mauricio Macri. Lo que nosotros hemos comentado, insisto, dentro de la Asamblea es eso: que a todas luces el propósito es impulsar la agenda del Transpacífico, en detrimento de la integración del Mercosur, claramente; y dos, impulsar la agenda de seguridad que es crucial, porque sin la configuración de un escenario de alta conflictividad social es imposible impulsar esas reformas neoliberales. Esa es la situación que tú tienes en México ahora, primero provocas ese estado de guerra artificialmente, y después impulsas el ciclo de reformas neoliberalizadoras. Nosotros podemos identificar algunos elementos de la realidad argentina en el presente, que remiten inevitablemente a esos antecedentes en México de la guerra contra el narcotráfico. Un indicador de que Argentina está siguiendo más o menos el mismo curso de México, insisto, es el de anunciar públicamente que se va a perseguir al narcotráfico, como un punto programático definitorio de la agenda. Esa consigna de “narcotráfico cero”. Dos, la desactivación del control civil sobre las fuerzas armadas, lo cual abre la posibilidad de que se militarice o policialice el país. Y tres, un trabajo mediático escrupuloso que es el de inflar el tema de la inseguridad, la violencia y el narcotráfico en el país (que no es que no existan o tengan una presencia esos problemas en la Argentina, pero la cuestión es que esto es claramente sobredimensionado). Y un cuarto indicador, es la presencia de generales colombianos en el gabinete de Mauricio Macri. Nosotros podemos identificar esos cuatro elementos en México antes de la declaratoria formal de la guerra contra el narcotráfico. Y ahora, tristemente, se los digo yo a nuestros hermanos argentinos, yo alcanzo a ver esos elementos también operando coordinadamente acá en Argentina.

Arsinoé, te agradecemos muchísimo. Muy esclarecedor respecto de la situación mexicana. Triste el diagnóstico que nos tirás para estas tierras, pero resistiremos por este lado también.

Les agradezco la invitación. Y sí, bueno, muy penosamente tenemos que seguir la situación de México. Y yo lo que sugiero es que sigamos también muy atentamente la situación en Argentina, porque desafortunadamente está siguiendo más o menos el mismo curso en materia de políticas de Economía y de Seguridad que acarreó a México a este escenario de tragedia humanitaria. Y, definitivamente, no queremos que nuestros hermanos argentinos atraviesen una situación como la que estamos atravesando ahora en México.


Entrevista realizada para el programa radial "Lo Menos Pensado"
(Lunes de 21 a 24 hs. por 
www.radiobarbarie.com.ar)

  

domingo, 7 de agosto de 2016

Osvaldo Bayer: "Yo le hice el primer paro a Noble en Clarín. Y fue un éxito bárbaro"


“Buenas tardes, bienvenidos al Tugurio. Tomen asiento. Ustedes dirán”

La impasible neurosis del tiempo perdido y los cuatro minutos tarde se esfumaron en esa cálida bienvenida. Literalmente, en El Tugurio hace calor. Los libros y las plantas se nos caen encima, conglomerado simbólico del impulso vital atemporal que mantiene a Osvaldo Bayer siempre en la calle, en la lucha, en las trincheras olvidadas de una Historia que resuena como un eco inexorable que él se encarga de resonar generación tras generación, desde hace más de sesenta años. Con el compromiso –dirá su amigo Walsh sobre el final de aquella pieza magistral de Historia y Economía Política, y antes de ser desaparecido por esos tipos a los que Bayer les hace la justa guerra pacífica de la revisión histórica constante, incesante- de dar testimonio en los tiempos difíciles.

Osvaldo toma una copita de vermouth. O de marsala, acaso. La soda aún está sobre la mesa. Gira la copita con una mano. Juguetea. Mira a la nada. Parece satisfecho por anticipado. Hay todavía silencio en ese cielo periodístico de seis.

(Segundos antes de comenzar, alguno se habrá preguntado, para sus adentros, quién pagará la cuantiosa factura de gas que alimenta la calidez de El Tugurio en plena argentina de tarifazo macrista)

Osvaldo, muchas gracias por recibirnos. Hace un par de semanas hubo un fallo acerca de la película Awka Liwen. Los herederos de Martínez de Hoz le habían iniciado acciones legales a usted y al director de la película -Mariano Aiello- acerca de lo que suponían una especie de “ofensa” hacia la familia. Se pretendía la censura del film. Nos enteramos de que finalmente eso fue desestimado. Se consideraron -entre otras tantas causas- que el "honor familiar" no podía ser comprendido con tanta diferencia generacional. Y, además, porque estaba documentado de una forma que era absolutamente irrevocable. Es un precedente muy positivo para lo que es el trabajo del revisionismo.

Sí, ha sido un triunfo. Ha sido un triunfo traer la verdadera historia de la familia Martínez de Hoz, que siempre actuó en la parte de arriba, digamos. Bien en la parte de arriba, con la gente de gran poder económico. Me iniciaron un juicio a mí y a los coautores de la película. Pero finalmente, la justicia nos dio la razón a nosotros. Sinceramente estoy muy agradecido a la justicia, porque hizo verdaderamente justicia. 
Dijimos nada más que la verdad. Lo comprobamos todo. Pieza por pieza, comprobamos. Así que no tenían por qué hacernos juicio. Pero ellos creyeron que su influencia en la justicia iba a presionar para que les dieran la razón a ellos. Y no fue así. Quiere decir que estamos viviendo un nuevo período en la justicia.
Nosotros teníamos temor porque sabemos que la justicia muchas veces ha juzgado mal. Principalmente a los de menor poder. Y como los Martínez de Hoz son todopoderosos, creímos que íbamos a perder. Pero ganamos. Y nos pusimos muy muy contentos. Hay justicia en la Argentina.

El trabajo sobre la película fue en línea directa con lo que había sido el trabajo sobre La Patagonia Rebelde, que en algún momento usted inició…

Claro, tiene mucho que ver, sí.

¿Se encontró con alguna nueva línea a trazar que usted tal vez no había percibido del todo antes?

Y, bueno, lo de Roca. La división de la tierra por parte de Roca. Es la del poder de la Sociedad Rural en aquellos años. Se le dio todo el campo. Todo el campo se les dio a ellos. Latifundios inmensos. Y eso quedó al descubierto con ese juicio. Nos quisieron hacer callar y no pudieron. Sinceramente, hay que hacer un nuevo reparto de la tierra, porque no fue democrático lo que hicieron Roca y Avellaneda.

¿Cree que en algún momento puede suceder eso? Teniendo en cuenta que, en el caso de Martínez de Hoz, son dos millones y medio de hectáreas, prácticamente. 

No sé, es difícil, pero puede ser. Espero que sí.

El documental ha sido incluido en el sistema educativo nacional, ¿cómo interpreta que se incluya dentro del sistema educativo y que ese gesto no vaya acompañado de políticas públicas con respecto al tema de las tierras? 

Algo es algo. Queda la idea, la semilla. Así que me parece muy bien, que veamos eso ya en la enseñanza. Que veamos lo que vienen a ser los pueblos originarios, las represiones que sufrieron. Tenemos que saberlo. 

¿Cómo ve la escuela hoy? 

La veo bien, pero hay que profundizar. Más democracia, enseñar más democracia en el gobierno. Enseñar cómo a través de los organismos democráticos se puede lograr más democracia. Y no dormirnos en el estado en que estamos ahora. 

Osvaldo, me gustaría saber cuál es su definición de anarquismo, cuáles son sus valores. Para alguien que quizás no está tan interiorizado en el tema. 

Bueno, anarquismo es la resolución de todo en asamblea. No hay nadie que nos pueda representar sino la asamblea. La asamblea del pueblo. Siempre por mayoría. Ese es el anarquismo, de alemán igualdad, llegar a la igualdad. 

A través de su obra, hemos podido estudiar cómo se desenvolvió el anarquismo en el siglo XX, acá en Argentina principalmente ¿Cuál piensa que es el presente del anarquismo? ¿Cómo lo analiza usted en este siglo XXI? 

Muy difícil, muy difícil. Pero igual está sobresaliendo. Todas las resoluciones en asamblea pública. Claro, es difícil, pero hay que lograrlo. Sigamos trabajando, por lo menos llegar a algo de eso. Más democracia, eso es a lo que tenemos que llegar. Más democracia, más participación de la gente. Todo tiene que resolverse con la participación de la gente. Las asambleas barriales, que ya se habían creado hace poco y tuvieron mucho éxito. Las asambleas generales, sindicales, etcétera. Todo por asamblea. 

¿Hay alguna figura que usted vea como emblemática del anarquismo actualmente? 

No, lo hay en la historia. Actualmente no hay nada. Y es cuestión que en las escuelas, en los colegios se enseñe lo que es el anarquismo: la libertad, la libertad y la democracia en libertad. La verdadera democracia en libertad. 

¿Y por qué piensa usted que no hay ningún representante de esta ideología en la actualidad? 

Y, porque la influencia del poder económico ha sido muy grande. Sigue influyendo. Realmente ha terminado con todos los movimientos verdaderamente de base. Y tenemos que seguir trabajando. Es un trabajo inmenso, que no tiene fin. Pero hay que hacerlo. Más democracia, más asambleas, más igualdad…esa es la palabra bendita. 

El año que viene se empieza a filmar la película sobre Severino Di Giovanni. Varias veces se la ha querido llevar al cine, ¿Cómo vive que finalmente se filme? 

Sí, por fin. Es un triunfo. Tantos años…cuarenta años que luché por ese tema, y nunca pudo hacerse. Y menos mal que el libro no fue prohibido últimamente y lo podemos leer. Sí, es la verdad histórica, no hay ninguna mentira allí. No hay ninguna exageración. Nadie puede iniciarme juicio por algo. 

¿Qué opinión le merecen los festejos por el bicentenario y las frases que tuvo Macri sobre la “angustia” de los próceres?

Bueno, yo sobre Macri no quiero hablar. Porque voy a hablar mal, muy mal. Así que mejor que no hable. Y le digo mi opinión: es una sociedad que anda a los empujones, digamos, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Todavía no tenemos una verdadera democracia, la vamos a tener realmente cuando el voto valga y se haga cumplir con lo que quiere el pueblo. Pero sinceramente prefiero este estado de cosas y no las dictaduras. Las dictaduras me vinieron muy mal, tuve que irme al exilio, cambiaron mi vida completamente. En cambio en la democracia podemos vivir, podemos hablar, podemos discutir, podemos conversar, podemos hacer esto… 

Respecto de lo que van siendo estos meses de gobierno, ¿puede llegar a sacar alguna conclusión de acá a un futuro cercano?

Yo creo que va a cambiar todo. Realmente hemos empezado a dar pasos hacia atrás y creo que va a venir peor, y la gente va a votar. La gente va a votar, sacándonos de encima a este señor. Ojalá.

Más allá de la posibilidad del voto, de lo que venga el año que viene cuando haya elecciones, ¿qué posibilidades de cambio “desde abajo” ve que puede llegar a emerger?

Y, todo es político. Todo es político y tiene que movilizarse la gente para llegar a un reparto de la tierra verdaderamente justo y democrático. Esperemos que la gente reaccione. Que la gente del interior reaccione. Que haya movilizaciones, que se discuta esto.

En el caso de este gobierno, se ve puntualmente y expuesta la participación de algunos funcionarios en actividades privadas y cómo a través de lo público se genera traspaso de riquezas. ¿Cómo ve esta democracia en la que hay una injerencia mucho más visible de los mercados?

Es una democracia disfrazada. Aquí el poder lo tienen realmente los que tienen el poder económico. Lo vemos en las elecciones, ¿quiénes ganan? Los candidatos que tienen más publicidad, que son más conocidos, que salen más en los diarios…y no realmente los que quiere la base. Es muy difícil, pero tenemos que seguir luchando. Es una lucha que no tiene término. Más democracia, qué hermosa palabra, más democracia…

¿Cómo definiría al Kirchnerismo?

Tienen cosas positivas y cosas negativas. Más no puedo definirlos. Porque realmente no tienen un programa a cumplir, sino que van actuando de acuerdo a las circunstancias, entonces es difícil. Bueno, por lo menos conservar un Estado no democrático, pero sí con las libertades que hay actualmente. Por lo menos conservarlo y fundamentarlo cada vez más. Conseguir muchas más libertades y llegar alguna vez al poder de las asambleas.

Y respecto de lo que fueron las últimas elecciones, de cómo se polarizó la elección entre Scioli y Macri, ¿cómo ve el rol de la izquierda ahí?

La izquierda tiene muy poca posibilidad siempre. Tiene que largarse a la calle… Y establecer eso, exigir las asambleas públicas como antes era. Ese período que tuvieron las asambleas, precioso período. Yo la verdad que aprendí lo que es la verdadera democracia en esas asambleas barriales. Volver a las asambleas barriales es, por lo menos, el primer paso hacia una democratización verdadera de la Argentina. Mientras haya dos o tres partidos políticos que se cambian el poder, no hay democracia.

Si pensamos que en los 60 y en los 70 el eje de las luchas era la clase obrera, la identidad de obrero como aquellos que iban a llevar adelante un cambio social, ¿cree que hoy la clase obrera,  sigue teniendo esa fuerza, o podemos pensar en otras identidades?

Yo creo que sí, pero no hacen uso de esa fuerza. Creo que tienen que actuar más, tienen que ser más protagonistas de los hechos. Ojalá que lo hagan. Los periodistas que estamos en eso vamos a hacer una lucha para mover más todo eso. Las asambleas públicas, las asambleas barriales, las asambleas obreras. Es la verdadera democracia.

Osvaldo, ¿qué opina de los medios hegemónicos de comunicación en la actualidad?

Bueno, pienso que son un desastre. Pienso que nos desorientan. Pienso que nos desinforman. Por eso, tenemos que luchar para llegar a una verdadera democracia de los medios, que representen al pueblo, que representen a los sectores del pueblo directamente, y no a grandes empresas. Y eso se puede hacer por ley, ojalá que lo logremos.

Usted, como periodista de investigación, hasta como revisionista histórico, ¿qué mensaje tiene para los jóvenes que se dedican al periodismo, o que empiezan en esos pasos? ¿Qué les aconsejaría?

Bueno, les aconsejaría siempre luchar por más democracia. Siempre luchar por la opinión pública: traerla, no esconderla. Ser fieles realmente a la verdadera política democrática. Yo lo hice, no me fue muy bien porque me echaron de varias publicaciones. Pero estoy orgulloso de haberlo hecho. Ojalá que los demás periodistas sigan ese ejemplo. Verdadera democracia, verdadera defensa de los derechos del pueblo. Dentro de las empresas que uno trabaja, tratar de tomar esa línea, y defender esa línea. Yo lo hice y me fue bastante bien. Hasta que al final por supuesto me echaron. Pero de cualquier manera pude hacer mucho. Traer verdadera información, que es la defensa del pueblo, la defensa de los derechos del pueblo. Una economía que sirva para todos. Eso es por lo que tenemos que luchar los periodistas. A través de nuestras organizaciones también.

De todos los lugares en donde usted estuvo, sea por placer, por obligación o por exilio ¿cuál es su lugar en el mundo?

¿Mi lugar en el mundo? La Argentina, Buenos Aires. Soy santafesino pero me gusta Buenos Aires.

Y si tuviera que elegir un momento de su vida que lo haya marcado, ¿cuál sería?

Y, el momento en que fue la dictadura militar, y que tuve que irme. Y sin embargo me generó mucho en los diarios. En el Diario Clarín me defendieron mucho, hasta que fui expulsado. Pero ese período fue de lucha, ese período fue de poner la cara por más democracia, por defender a la democracia, por defender los derechos. Y vino una horrible dictadura, la dictadura de la desaparición de personas. Ojalá que nunca la volvamos a vivir.

Usted trabajó varios años en el Diario Clarín, ¿qué similitudes y diferencias ve usted entre el Clarín que era en los años en los que trabajaba usted, y el que es actualmente?

No veo mucha diferencia. Pero a ciertos periodistas nos permitían ciertas libertades. Yo no puedo decir que haya sido censurado en el Diario Clarín, sino que me han publicado todo tal cual yo escribía. Ese era Noble, el director (Roberto) Noble. Que siempre venía y conversaba conmigo. Una vez a la semana, el Dr. Noble recorría la redacción y siempre quedaba al lado de un redactor para conversar con él, y muchas veces se quedó a conversar conmigo.

¿Es cierto que le hizo el primer paro a Noble?

Si, le hice el primer paro, sí. Y fue un éxito bárbaro…

Pensando de la dictadura para acá, ya de la vida democrática de los últimos años, ¿qué historia merecería ser contada, al nivel de lo que usted contó de la Patagonia Rebelde?

Ir a fondo con la muerte argentina, la desaparición de personas. Investigar a fondo todo eso. Crimen por crimen, víctima por víctima. Esclarecer ese pasado que es que el que nunca tiene que repetirse en la Argentina. Yo ya he incitado a hacer un trabajo entre varios periodistas, varios investigadores, para traer la dictadura y sus desaparecidos, la personalidad de cada desaparecido. Y lo que se logró. Eso es lo que tenemos que hacer. Nunca repetir la dictadura.

Hablando del golpe militar, ¿es cierto que allá por fines del 81 o el 82, había unos intelectuales y personajes de la cultura que querían volver? ¿Cómo fue esa historia con Julio Cortázar?

Sí. Quisimos volver todos con Cortázar el día que acá se hacía una gran reunión internacional de periodistas y escritores. Pero Cortázar no quiso. Nos dijo: “yo no quiero que me peguen un tigo en la cabeza”. No podía pronunciar la “r”, él. Solamente puedo hablar bien de Cortázar. Cómo nos ayudó a los exiliados, cómo hizo todo lo posible para que la pasáramos bien…

¿Tenía una relación cercana con Cortázar?

Sí. Siempre nos recibió, siempre nos atendió muy bien. Hizo todo lo posible para que tuviéramos alguna ocupación en Europa. Se portó muy bien, era una gran persona. Tengo el mejor recuerdo de él.

¿Y, a nivel literario,le gustaba leerlo?

Sí, sí, además me parece un gran intelectual.

Y respecto de Borges, ¿qué opinión le merece como artista, habiendo compartido la contemporaneidad?

Bueno, saber tanto para nada…Es decir, escribir tan bien, tan bien, para realmente no buscar un mundo mejor, sino tratar de conservar el antiguo mundo lleno de injusticia. Ese es Borges, así se lo puede definir. Pero un gran escritor, sin ninguna duda.

¿Pudo charlar alguna vez con él, tuvo algún intercambio?

Sí. En la calle Florida. Él caminaba por la calle Florida, y ahí lo paré dos o tres veces. Y él se detenía a conversar con uno sobre los temas políticos de la actualidad de ese momento o sobre cómo había que hacer el movimiento de los escritores. Pero él era muy conservador. No tenía salvación, como digo.

Cambiando un poco de tema: usted siempre fue un hombre interesado en el fútbol. Lo jugaba y de hecho escribió un libro sobre historia del fútbol argentino. ¿Qué opina de la actualidad del fútbol de nuestro país?

Lo he abandonado hace mucho. Para mí es puro negocio, ha perdido la cosa preciosa del deporte. El fútbol, esa asociación de once personas que juegan todas para dar el triunfo final. ¡Qué hermoso!

¿Y por qué dice usted que se distanció del fútbol?

Y, porque veo que es una cuestión de negocios, nomás, de vender entradas y nada más. De realizar viajes que den resultado financiero. Cuando tendría que ser todo gratis eso, el deporte, tendría que ser gratuito. La gente jugar por el deporte mismo, y no por dinero. Fue corrompido totalmente.

¿En qué posición le gustaba jugar?

Yo jugaba de arquero. Y me pone muy mal porque me metían gol casi siempre a los dos minutos.

Yo recuerdo una anécdota que ha contado acerca de uno de los primeros partidos tal vez que haya jugado, que le hicieron un gol a los veinte segundos y salió corriendo…

Sí. Aquí en la calle Arcos, que antes era de tierra, y veníamos a jugar ahí porque pasaba un carro cada veinte minutos, o cada media hora. Bueno, a mí nunca me elegían porque era muy malo para jugar. Pero una vez faltaba un jugador y me pusieron a mí. Cuando empieza el partido, toma la pelota el centroforward. Corre, corre, corre, corre, corre hasta que queda frente al arco. Frente a mí. Tira…gol. A los veinte segundos de empezar el partido. Vi cómo los de mi equipo se prepararon para correrme… y me corrieron. Ese día corrí como loco, y les gané a todos, no me alcanzaron. Llegué allá a la placita, y ahí ya se fueron los que me perseguían. Y nunca más jugué al fútbol, ese fue mi estreno y mi fracaso, qué va a ser…

Usted recién mencionaba cuando jugaba a la pelota acá en esta misma calle, hace tantos años, ¿cómo vivió el desarrollo de este barrio que actualmente es uno de los más transitados quizás de la Capital?

Tiene la historia de todos los barrios. Fue cada vez más terminando con las casas con jardines y teniendo casas de departamentos. Ahora son casi todas casas de departamento. Antes nos conocíamos todos en el barrio. Ahora no nos conocemos nada, nadie, entre nosotros. Cómo ha cambiado la vida. Esa es la verdad.

Hay muchos libros acá, si usted tuviera que elegir uno o dos libros que recomendaría, o el que elegiría como una forma suya de mostrarse a los otros ¿qué libro no habría que dejar de leer?

Es comprometerse mucho. Todos, en lo posible todos.

¿Qué piensa usted de su obra, viéndola desde el presente, desde la perspectiva que dan los años?

Estoy muy agradecido. Muy agradecido con cómo los editores trataron a mis libros, y cómo me ayudaron a pesar del peligro de mis libros. Estoy muy muy agradecido, y lo voy a decir siempre.



Y cuando nos levantamos, nos vamos despegando de ese apacible tugurio atemporal que es la casa de Osvaldo Bayer, embelesados por la bella certeza intuitiva de que tuvimos el privilegio y el honor de presenciar una entrevista histórica, su voz fuerte y clara nos alcanza como una revelación:

“Gracias por venir, –nos despide contento, extasiado de recuerdos prolíficos y futuros cercanos-, y sigan haciendo eso que ustedes hacen, darles voz a los que no tienen voz.”



Entrevista realizada para el programa radial "Lo Menos Pensado"
(Lunes de 21 a 24 hs. por 
www.radiobarbarie.com.ar)

Fotografía y Video: LucianoAcuña