Culminado el mes de julio, el
presidente Mauricio Macri recibió a su par mexicano Enrique Peña Nieto. En un
contexto de reordenamiento estratégico de la Argentina en el mundo y sobre todo
en Latinoamérica, la visita puede leerse como parte del proceso que articula la
política internacional con la doméstica.
En las calles se hizo oir el
repudio al primer mandatario mexicano frente a las denuncias sobre violación de
Derechos Humanos, que se han visibilizado notablemente tras la desaparición de los 43
normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
En este marco, charlamos con Arsinoé
Orihuela de la Asamblea de Mexicanxs en Argentina, quien nos ofrece
preocupantes líneas de análisis comparado de la situación de su país y algunos
indicadores que han comenzado a intensificarse por nuestras tierras.
La mayoría de los organismos de
DDHH a nivel internacional lo están señalando a Enrique Peña Nieto como el
responsable de delitos de Terrorismo de Estado en México. ¿Qué es lo que justifica
esta definición?
Sí, bueno, aquí la conceptualización es importante. Tenemos que decir,
por un lado, delitos de lesa humanidad y, por otro, Terrorismo de Estado. Yo
escucho que a menudo se usan los dos conceptos indistintamente. Y lo que
tenemos es básicamente una acción represiva del Estado, que se traduce en
delito de lesa humanidad. Porque es el Estado, o agentes al servicio del
Estado, o grupos paraestatales, o parapoliciales al servicio del Estado los que
reprimen a las movilizaciones sociales en particular, y a la sociedad civil en
general. Pero, como bien señalas, la situación en México ahora es de crisis y
básicamente toda la crítica que hemos visto alrededor del gobierno de Enrique
Peña Nieto y del Estado Mexicano se desenvuelve en espacios internacionales.
Porque la situación en México es delicada, es altamente delicada. Hay una
persecución, un hostigamiento, un amedrentamiento contra miembros de la
sociedad organizada y contra la generalidad de la población. Pero todos saben
bien que muchos de los delitos que se cometen en México y -en cierto sentido-
la tragedia humanitaria que atraviesa el país, es atribuible al Estado, o bien
a instituciones del Estado.
¿Lo
que decías recién da a entender que se está hablando por fuera, a nivel
internacional, pero que en México los medios de comunicación no se están
haciendo eco de lo que está sucediendo?
Claro, habría que hacer una distinción ahí entre lo que es la prensa
tradicional (monopólica o duopólica) y lo que es medios libres y autónomos, o
medios alternativos. Felizmente ha proliferado el número de medios autónomos y
alternativos. Pero a la par, ha crecido la represión y la persecución contra
esos medios libres. Y por otro lado, insisto, tienes a la prensa tradicional
con los medios monopólicos que lo que han hecho es satanizar todo gesto de
protesta social o popular. Y la cuestión es que en esa satanización se incuba
el germen de la represión, porque allana el terreno para justificar cualquier
acto de represión de Estado. Lo vimos claramente hace unas semanas, en
Nochistlan Guajaca. Si hay un gremio en México que ha sido sistemáticamente
satanizado, es el magisterio, los maestros. Reprimieron una movilización, como
bien se ha documentado en la prensa internacional en Nochistlan Guajaca. Hay
diversas estimaciones, pero según gente de la comunidad, cerca de trece
personas perdieron la vida ese día. Uno de ellos era maestro, profesor, y el
resto, civiles simpatizantes con la protesta magisterial.
Lamentablemente, el mundo comienza a
hacerse eco de todo lo que está pasando en México a partir de septiembre de
2014, con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. A partir de ello nos
interiorizamos sobre la lucha contra una reforma educativa. ¿De qué consta esta
reforma educativa?
En realidad la lucha, y ahí está
justamente el valor de la lucha magisterial, es contra las reformas
estructurales. Hubo un primer ciclo de reformas neoliberales o
neoliberalizadoras entre el ‘88 y el ‘94. Después hubo una especie de intervalo
de dos años, en que avanzó paulatinamente, progresivamente, la
neoliberalización. Y luego recobra fuerza otra vez en 2012, con la llegada al
poder de Enrique Peña Nieto. Y eso es lo que algunos analistas señalan como un
“segundo ciclo de reformas neoliberales”. Bueno, en ese contexto del segundo
ciclo de reformas neoliberales, hay dos que son claves: la reforma energética, que
pasó Fastrack Express con poca oposición (fueron muy eficaces en todo el
proceso de aprobación de la reforma), y una segunda reforma que es la
educacional. La cuestión con la reforma educacional es que allí han tenido
serios problemas para conseguir hacerla avanzar porque encontraron una fuerte
oposición. Encontraron una fuerte oposición principalmente en la coordinadora
nacional de trabajadores de la educación, que es históricamente uno de los
sindicatos o de las facciones disidentes dentro del sindicalismo magisterial. Entonces,
aquí se abre un ciclo de protesta importante con los maestros, que consigue
reunir, aglutinar, la indignación popular, la indignación de la generalidad de
la población; y crece, arrecia la protesta. El Estado decide reprimir como
primer recurso para “dirimir” el conflicto, recurre a la represión sin agotar
otras instancias institucionales. Y esto se debe a que el tema acá no es sólo
conseguir implementar la reforma educacional, sino eliminar a ese actor
político dentro de la sociedad organizada que resiste a este segundo ciclo de
reformas neoliberales. Acaso por allí junto con los zapatistas, y algún otro
movimiento o colectivo u organización de menor rango. Pero es importante el
sindicato, es importante la movilización magisterial porque evidencia la
indignación y el descontento generalizado que hay en México.
Sabemos que cuando hablamos de reformas
neoliberales, siempre viene acompañado de estas cuestiones represivas. Un poco
para asustar, un poco para lo que se denomina “eliminar base”. En función de
Ayotzinapa, ¿cómo está la opinión pública respecto de esta situación? ¿Se están
llevando a cabo algunas investigaciones?
Bueno, el de Ayotzinapa sigue siendo un crimen impune. Desde un primer
momento sabíamos que lo que iba a hacer el gobierno era -como bien decimos en
algunos lugares- “patear la lata”, es decir, tratar de desplazar el problema y
evitar que tenga un costo político. Y sigue en ese tenor. El Gobierno Federal
perdió la elección intermedia y temen perder la elección presidencial en dos
años. Sin duda que el tema de Ayotzinapa es un problema que sigue siendo profundamente
incómodo para el poder.
Si le preguntas a la población civil sobre algún hecho agraviante o
vejatorio que ellos puedan identificar en la política actual o contemporánea en
México, unánimemente te van a responder que Ayotzinapa; hay una indignación
profunda que persiste por la situación de Ayotzinapa, por la impunidad
persistente y un gobierno que advierte que eso en su tiempo ha de ser un eje
estructurante de la movilización social, y por consiguiente sigue ceñido a la
agenda originaria, que es la de negar la participación de agentes del Estado en
la comisión de ese delito. Cuando sabemos bien que la evidencia empírica
sugiere que en la operación participaron policías municipales, policías
estatales, efectivos militares en conjunto con grupos del crimen organizado.
Entonces es demasiado escandalosa e inconfesable esa verdad política. Por
consiguiente, ellos van a seguir adheridos a eso que ellos llaman la “verdad
histórica”, que es una mentira histórica flagrante. Y el costo político que eso
pueda traer consigo es el progresivo aumento de la indignación social. Pero es
una herida que sigue abierta. Y la apuesta es la misma apuesta que la del ‘68,
la de la masacre de Tlatelolco: dejar que se olvide o dejar que por lo menos
transcurran unos años, para ir por ahí publicando más información sobre el
asunto. Pero siempre desde la lógica del poder, naturalmente, evitando el costo
político en el corto y mediano plazo.
Hoy leía un dato que la verdad me
asombró, que es que en México desaparecen trece personas por día. Y que, de
esas trece personas, el 40% están en el rango de edad de los 15 a los 29 años.
Me preguntaba qué estrategias de resistencia o de visibilización están llevando
a cabo, o si se está dando algún movimiento también de exilio…
El primer movimiento que visibiliza
la situación de desapariciones forzadas en México, es el Movimiento por la Paz
con Justicia y Dignidad, que encabeza Javier Sicilia. Fue en el 2010 o 2011,
después del asesinato de su hijo, en el Estado de Morelos. Él arranca un
movimiento que de hecho cobró notoriedad nacional e internacional, que
consiguió reunir a muchas de las familias que tenían parientes o hijos
desaparecidos. Hasta ese año (2010/2011) se visibiliza internamente y al
exterior la situación de crisis en materia de violación a los DDHH en general,
y específicamente en materia de desaparición forzada. Después de eso, hubo una
caravana que llamaron “Caravana por la Paz”, con la que recorrieron la totalidad
de la geografía nacional. En su recorrido consiguieron ayudar a articular otros
colectivos adheridos al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, pero
autónomos, y cuya operatividad se da más en un contexto local. Hay
organizaciones en todos los Estados que responden a esa primera iniciativa del
Movimiento por la Paz, y que siguen vigentes, siguen operativamente actuando en
esos Estados. Lo que han hecho es básicamente reemplazar a las autoridades
públicas. En esos colectivos se concentran las familias de los desaparecidos y
algunos otros activistas o defensores de los DDHH; que se dedican a buscar a
los familiares perdidos en las fosas comunes, a acompañar a las familias a los
ministerios públicos para denunciar casos de desaparición forzada y a exigir
directamente a la autoridad pública que cumpla con su tarea. Ya casi como una
mera formalidad, porque sabemos perfectamente bien que en México el narco es el
patrón del Estado,y por consiguiente los funcionarios públicos, los políticos y
la clase política en su conjunto no puede atender ese problema, porque
estructuralmente está acoplada al crimen organizado y a la delincuencia.
Te hago una pregunta como para
trazar alguna línea entre lo que viene pasando hace un tiempo en México y lo
que está pasando ahora en Argentina. Aquí, desde que asumió el presidente neoliberal Mauricio Macri, también existe
–aunque en otro nivel- cierta persecución sobre todo hacia gente del ámbito
periodístico. Hubo polémica por una medida que se anunció hace poco, que es la
creación de un “observatorio de redes” para observar las redes del cuerpo
docente de la Provincia de Buenos Aires. Quería preguntarte cuál es el rol que
tienen, o que han tenido en su momento, las redes sociales en toda esta
persecución y hostigamiento que sufren los periodistas y la gente de la
comunidad educativa en México.
Como señalaba al principio, en México la información está controlada,
“acordonada” por el duopolio mediático, por la prensa tradicional. En cierto
sentido, las redes sociales y los medios digitales han contribuido a romper ese
cerco. Lo han conseguido parcialmente, porque a final de cuentas la presencia
de los grandes medios de comunicación y algunos grandes conglomerados
mediáticos que operan en México, consiguen “secuestrar” la información y
generar un entorno de desconocimiento. Y en ese sentido, sí, claro, las redes
sociales han tenido un papel fundamental, incluso en la alianza o en la
comunicación con otros grupos internacionales que apoyan o que simpatizan con
las luchas en México. Eso ha sido clave para poder transferir o hacer circular
cierta información que está, insisto, “acordonada” o “secuestrada” por la
prensa tradicional.
Claro, pero me refería más bien acuando
las redes se convierten en una suerte de “arma de doble filo”. Porque, por un
lado, te permiten como vos bien decías romper el cerco mediático. Pero, por
otro, también te exponen. Aquí, como te decía, las redes sociales están siendo
utilizadas para el espionaje, para la Inteligencia de Estado…
Bueno, si hay un caso sintomático de esa dualidad de las redes
sociales, es el de la primavera árabe. La primavera árabe tenía eso. Por allí
circuló la información que movilizó a esas poblaciones, pero por otro lado
también ese fue el instrumento que usaron esos gobiernos para perseguir a la
disidencia política. La situación no es muy diferente en México o Argentina.
Pero eso es algo que está más allá de la posibilidad de tener una incidencia en
los movimientos sociales y en los colectivos. Finalmente siguen siendo canales
que están abiertos, aun cuando estén sujetos a escrutinio y vigilancia. Pero
sí, es cierto. Eso es una dicotomía que, no sé, por lo menos en el corto plazo,
yo no veo que se pueda dirimir.
Es innegable que hay una simpatía
política, del posicionamiento donde están Macri y Peña Nieto, una clara derecha
neoliberal. Los dichos de Macri esta semana, cuando le preguntaban por la
situación de DDHH en México, fue que “no le constaba lo que le estaban diciendo”.
Sí, usó una expresión,
“cantinflesca”, me parece que “no me consta”.
Sí, y tiró de vuelta balas para el lado
de Venezuela, haciendo oídos sordos de todo lo que le decían.
Sí, de hecho nosotros denunciamos
eso. Nosotros dijimos “que el presidente Mauricio Macri exija el respeto a los
DDHH en México, como sí hace reiteradamente en Venezuela”. En el caso de
Venezuela, oportunistamente.
Más allá de la
cercanía política y de los gestos que hubo durante toda la visita de Peña
Nieto, hay una clave que tiene que ver con la economía y con la apertura y la
inclusión de Argentina en el Tratado del Pacífico, ¿qué lectura hacen ustedes
de esto?
Bueno, ese es el punto programático fundamental de la visita, sin duda.
Nosotros alcanzamos a advertir dos puntos programáticos: uno, Peña Nieto en
calidad de emisor de Estados Unidos venir a impulsar esa agenda, impulsar
política y diplomáticamente la agenda de la Alianza Transpacífico; y dos, la
agenda de la seguridad de Estados Unidos. Esa es una fórmula con dos
contenidos, uno el de seguridad y otro el económico.
El de seguridad, responde a la necesidad de neutralizar a las
sociedades organizadas con el propósito de impulsar esas reformas económicas.
Entonces es un “paquete” que viene, en cierto sentido, a avalar o a profundizar
Enrique Peña Nieto en su visita con Mauricio Macri. Lo que nosotros hemos
comentado, insisto, dentro de la Asamblea es eso: que a todas luces el
propósito es impulsar la agenda del Transpacífico, en detrimento de la
integración del Mercosur, claramente; y dos, impulsar la agenda de seguridad
que es crucial, porque sin la configuración de un escenario de alta
conflictividad social es imposible impulsar esas reformas neoliberales. Esa es
la situación que tú tienes en México ahora, primero provocas ese estado de
guerra artificialmente, y después impulsas el ciclo de reformas
neoliberalizadoras. Nosotros podemos identificar algunos elementos de la
realidad argentina en el presente, que remiten inevitablemente a esos
antecedentes en México de la guerra contra el narcotráfico. Un indicador de que
Argentina está siguiendo más o menos el mismo curso de México, insisto, es el
de anunciar públicamente que se va a perseguir al narcotráfico, como un punto
programático definitorio de la agenda. Esa consigna de “narcotráfico cero”. Dos,
la desactivación del control civil sobre las fuerzas armadas, lo cual abre la
posibilidad de que se militarice o policialice el país. Y tres, un trabajo
mediático escrupuloso que es el de inflar el tema de la inseguridad, la
violencia y el narcotráfico en el país (que no es que no existan o tengan una
presencia esos problemas en la Argentina, pero la cuestión es que esto es
claramente sobredimensionado). Y un cuarto indicador, es la presencia de
generales colombianos en el gabinete de Mauricio Macri. Nosotros podemos
identificar esos cuatro elementos en México antes de la declaratoria formal de
la guerra contra el narcotráfico. Y ahora, tristemente, se los digo yo a
nuestros hermanos argentinos, yo alcanzo a ver esos elementos también operando
coordinadamente acá en Argentina.
Arsinoé, te agradecemos muchísimo. Muy esclarecedor
respecto de la situación mexicana. Triste el diagnóstico que nos tirás para
estas tierras, pero resistiremos por este lado también.
Les agradezco la invitación. Y sí,
bueno, muy penosamente tenemos que seguir la situación de México. Y yo lo que
sugiero es que sigamos también muy atentamente la situación en Argentina,
porque desafortunadamente está siguiendo más o menos el mismo curso en materia
de políticas de Economía y de Seguridad que acarreó a México a este escenario
de tragedia humanitaria. Y, definitivamente, no queremos que nuestros hermanos
argentinos atraviesen una situación como la que estamos atravesando ahora en
México.
Entrevista realizada
para el programa radial "Lo
Menos Pensado"
(Lunes de 21 a 24 hs. por www.radiobarbarie.com.ar)
(Lunes de 21 a 24 hs. por www.radiobarbarie.com.ar)
Entrevistan Paula Daporta, Facundo Di Cuollo y
Macarena Sanchez Volpe.
La entrevista
completa puede escucharse en https://ar.ivoox.com/es/entrevista-a-arsinoe-asamblea-mexicanxs-argentina-audios-mp3_rf_12445320_1.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Acá podes insultarnos, dejar tu mensaje, todo eso.